Entrevista a Oblicuas, colectivo del que es integrante la socia de ADI-FAD Elsa Casanova
Oblicuas es un colectivo crítico y plural, que tiene como objetivo re-pensar el diseño con perspectiva de género para reflexionar sobre los mecanismos que usa para materializar la cultura y el pensamiento hegemónico, con el fin de hackearlo y subvertirlo. Colectivo formado por Clàudia Aguiló Vidal, Julia C. Parodi, Elsa Casanova Sampé (socia de ADI–FAD) y Judit Parés Padrós.
www.oblicuas.com
@las_oblicuas
¿Cómo surgió el proyecto?
El proyecto surgió de la necesidad de repensar la disciplina del diseño desde dentro. Como diseñadoras vemos que hay una falta de pensamiento entorno a la relación diseño–género, especialmente en nuestro contexto. Por eso, al ver que todas teníamos la necesidad de indagar en este campo, decidimos formar el colectivo para crear espacios y productos que reflexionaran sobre la necesidad de diseñar con perspectiva feminista. Por otro lado, nos parecía muy interesante dejar de lado los individualismos de la disciplina y unir fuerzas para trabajar colectivamente, buscando fórmulas no–jerárquicas para organizarnos, dónde sea primordial crear un ambiente de trabajo en el que nos sintámos cómodas y cuidadas. Además, Oblicuas acaba siendo también un espacio de apoyo y lucha ante la precariedad laboral que existe hoy en día en el contexto del diseño en Barcelona.
¿Cuál es vuestro background?
Nos graduamos hace un año en Diseño de Producto y algunas de nosotras también en Ingeniería en Diseño Industrial en la escuela ELISAVA de Barcelona. Aunque nos hemos formado en una disciplina creativa, consideramos que desde un punto de vista educativo –en gran medida– carece de implicación y vinculación con el pensamiento político. Por otro lado, todas hemos tenido la oportunidad de realizar intercambios en distintos países de Europa durante nuestros estudios y actualmente nos estamos formando individualmente en otros campos, desde ciencias políticas, humanidades hasta programación, ampliando así nuestra perspectiva al diseñar.
¿Tenéis referentes? ¿Os habéis inspirado en algún otro colectivo?
Cada una de nosotras tiene una mochila de referentes distintos, algunos de diseño pero también de otras disciplinas: filosofía, sociología, arte… Nos gusta entender nuestro proyecto como un espacio líquido formado por el mix de intereses de todas cuatro, por lo que nos resulta muy difícil enumerar referentes que nos identifiquen a todas por igual.
Algún ejemplo sería el trabajo que hacen las arquitectas y urbanistas del Col·lectiu Punt 6, repensando las ciudades desde la perspectiva de género; la “Frankfurt Kitchen” de Margarete Schütte-Lihotzky, un proyecto que empezó a considerar la cocina como espacio de trabajo dentro de la casa; Queer Technologies de Zac Blas, que a-normaliza tecnologías súper normativas o los proyectos de Karin Ehrnberger, que se centran en la relación entre los productos de diseño y la construcción del género.
Con vuestros proyectos habéis hablado desde violencia de género al empoderamiento a través de la masturbación femenina. ¿Cuál es el siguiente concepto con el que queréis trabajar? ¿Cómo los elegís?
De momento, todos los proyectos han surgido de nuestras inquietudes, de aquellas cosas que consideramos que es necesario evidenciar y poner sobre la mesa. Hay tantos temas a tratar que lo difícil es decidir por cuál tirar. Tenemos una larga lista de temáticas o preguntas que nos surgen y cuando nos proponen un proyecto o vemos alguna convocatoria que nos interesa, solemos ver si alguna(s) cosa(s) de la lista encaja en el briefing y tiramos por allí.
Últimamente hemos estado investigando sobre la definición de “lxs usuarixs” en el proceso de diseño, ya que es un punto súper importante cuando diseñamos un producto y que suele estar lleno de estereotipos, invisibilizaciones y violencias entorno al género. Hace un par de semanas empezamos a fisicalizar este concepto a través de un taller con alumnas de 1r y 2n de diseño, en el que hackeamos objetos de uso cotidiano para identidades no–normativas, evidenciando la necesidad de repensar para quién estamos diseñando. Paralelamente, también estamos explorando la relación de los objetos con la definición del sujeto femenino desde un punto de vista histórico y estamos en proceso de realizar un proyecto audiovisual sobre los carritos de la compra y su relación con el espacio urbano.
¿Cómo creéis que el diseño puede ayudar en temas de perspectiva de género?
Cuando hablamos de diseño, es importante tener en cuenta que es la práctica que piensa y crea gran parte de la materialidad que nos rodea, ya sea a través de imágenes, espacios o productos. Es a través de estos objetos que desarrollamos nuestras identidades, moldeando y adaptando nuestros cuerpos, gestos y hábitos a ellos, creando así nuestra posición y relación con el mundo. Nos sentamos, comemos y nos desplazamos de una manera determinada porque alguien ha creado objetos que nos permiten –y a la vez obligan– hacerlo así. Por lo tanto, consideramos que es necesario pensar en la trascendencia política de todos los objetos y hacerlo con una mírada crítica y una voluntad de cambio hacia una sociedad más igualitaria.
¿Qué pueden hacer lxs diseñadorxs (o las personas en general) para apoyar Oblicuas?
Todas aquellas personas que diseñamos tenemos la posición privilegiada de definir como serán aquellas cosas que conforman el mundo que habitamos. Para nosotras, lo importante es crear espacios de reflexión entorno al papel del diseño en nuestra sociedad, y lo hacemos realizando talleres, actividades y proyectos a los que nos gustaría invitar a cuanta más gente mejor. Por otra parte, intentar aplicar una visión de género al diseñar (juntamente con una perspectiva anticolonialista, antiracista, sostenible…) no sólo puede ayudar a que nuestro trabajo tengo sentido, sino también dar voz a todas aquellas personas que han sido silenciadas por no formar parte del cánon estereotipado y privilegiado de diseñador.
Además, también creemos que sería interesante que las grandes instituciones del diseño empezaran a abrir las puertas a los colectivos o personas jóvenes que buscamos redefinir la disciplina. Consideramos que ser consciente de la importancia del diseño y de la trascendencia política de los objetos nos puede ayudar no sólo a nosotras, sino a cualquiera que se relacione con las cosas que se producen y consumen.
Proyectos:
Taller “Formas Disidentes”
Taller de diseño para la otraredad. Hackeo de sillas para visibilizar la multiplicidad de identidades de seres mitológicos que quedan alejados de lo normativo. En este caso, silla de Arpía, medio pájaro medio mujer caracterizada por sus grandes habilidades para robar sobretodo en los mercados. 2019
Fotografía: Oblicuas | Silla Arpía: Sílvia Conde y Maria Valeria Castillo. Silla Tritón: Jorge Cusi, Ainoa Reyes y Marta Rincón. Workshop realizado por las alumnas de ELISAVA.
Conciencias en la Plaza
Dispositivos para el experimento–perfomance “Conciencias en la Plaza”, entorno las violencias de género en el espacio público son una realidad y su invisibilización. El 11 de febrero, con motivo de la Bienal Ciudad y Ciencia, y posteriormente el 16 de mayo con motivo del Festival Calidoscopi Cultural, se realizó una actividad de ciencia ciudadana. Una acción teatral y de investigación colectiva efímera para conocer las interacciones que se dan en el espacio público con perspectiva de género. 2019
Equipo multidisciplinar formado por NUS Teatre, OpenSystems y Oblicuas juntamente con Carlota Bimbela como diseñadoras. | Fotografía: Oblicuas + Arnau Anglada
PussyNails™
Uñas prostéticas para masturbarse muy a gustito. 2019
Fotografía: Oblicuas | Soporte fotografía: Miquel Cardiel | Modelo: Claudia Serna
Taller ASE, Ajustes de Seguridad Externos
Sistema constructivo que evidencian las tácticas y comportamientos frecuentes que las mujeres integran en sus recorridos para reducir el riesgo a sufrir una agresión y aumentar la sensación de seguridad. Taller basado en un proyecto de investigación de Clàudia Aguiló (miembro del Colectivo). 2019
Fotografía: Oblicuas