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ADG-FAD
Barney Bubbles

Jaume Pujagut

Este artículo apareció por primera vez en diciembre de 1992 en formato libro dentro de la colección 10 X 14 en la que constaban como editores Xavier Capmany, Carlos Díaz y Jaume Pujagut. El libro (más bien librito, autoeditado e impreso en fotocopia) de edición muy limitada está descatalogado y como autor me apetecía compartir su contenido con los socios y simpatizantes de ADG-FAD.
Si bien es verdad que con el paso de los años publiqué también un artículo sobre el personaje en la revista Visual y que, en el año 2011, la editorial Adelita publicó Reasons To Be Cheerful: The Life and Work of Barney Bubbles, un libro bastante completo sobre su trabajo escrito por Paul Gorman, sigo pensando en Barney Bubbles como el gran diseñador gráfico desconocido de la década de los setenta-ochenta del siglo pasado.*

Barney Bubbles fue uno de los creadores más influyentes de su época. Aunque su nombre signifique muy poco para mucha gente, diseñadores como Neville Brody o Malcom Garret reconocen la influencia que ha tenido su obra.
    El volumen 2 de 1992 de la prestigiosa revista Eye le dedica unas páginas. En Marzo de 1988 publiqué un pequeño artículo sobre sus trabajos en la desaparecida Discólic. Este pequeño texto pretende profundizar un poco sobre su persona y mostrar algunos de sus trabajos.
    Dado que este pionero del nuevo diseño gráfico británico se negaba a firmar sus obras me ha sido imposible autentificar sus trabajos, pero en esta publicación se recogen piezas aparecidas entre 1977 y 1981, considerados sus mejores años, cuando colaboraba en compañías discográficas como Stiff, Radar o F Beat.
    La mayoría de las piezas están extraídas de mi archivo personal o de antiguos discos de vinilo, por lo que la calidad de las reproducciones puede no ser la óptima. A pesar de ello las imágenes creadas por Barney Bubbles me parecen brillantes, magníficas y fascinantes.
    Apasiónate por el diseño, apasiónate por Barney Bubbles.

Barney Bubbles se llamaba en realidad Colin Fulcher. Nació en Whitton, un barrio del oeste de Londres cercano al aeropuerto de Heathrow. Estudió en el Twickenham College of Art. En 1965 trabajó en el departamento de diseño gráfico del grupo Conran (la gente que empezó la aventura de Habitat). Tenía 25 años y estaba considerado como un joven de brillante porvenir. Divertido, idealista y obsesivamente perfeccionista, ganó un montón de premios en aquella época.
    En una de las escasas entrevistas que concedió (The Face 1981) comentaba sobre aquellos tiempos: “Los Swinging Sixties eran perfectos para los diseñadores, era incluso más cool que ser fotógrafo”. Bubbles se refería con la palabra cool a estar en la onda, estar de moda, un tipo interesante de la época. Fue entonces, alrededor de 1967, cuando Colin Fulcher sufrió su primera metamorfosis. De diseñador gráfico del grupo Conran (realizó los primeros catálogos de Habitat) pasó a llamarse Barney Bubbles, diseñador freelance, residente en Londres e implicado en la nueva contracultura que emergía en aquellos momentos.

Se trasladó a vivir en un almacén de Portobello Road que pertenecía a una compañía musical llamada Famepushers. Trabajó en los famosos shows de luces de la música psicodélica en clubs como el Roundhouse. Dejó Conran y pagaba el alquiler diseñando carteles, cubiertas de discos y colaborando en revistas underground como Friends y Oz. Empezó a trabajar para el grupo Hawkwind, no sólo en las cubiertas de sus discos sino pintando el bombo de la batería o diseñando la papelería comercial del grupo. Fue una de las primeras ocasiones en que la imagen de un grupo musical estuvo a cargo de una sola persona. Bubbles creó una estética mezcla de ciencia-ficción y mitología gótica con una gran fuerza  visual que mantenía encandilados a los fans del grupo. Malcom Garret ha reconocido posteriormente que la forma en que Bubbles trabajó con Hawkwind le influenció para crear la imagen del grupo Buzzcocks muchos años después.
    En esa época Bubbles empezó a investigar en la historia del arte. Buscó inspiración en el Art Noveau, el Art Deco y el arte de finales de los cincuenta. Bubbles fue el responsable de la imagen de la tienda Biba (un mito del Londres de aquellos años) donde empieza a notarse un cierto reciclaje del trabajo de los primeros modernistas.
    Siempre sensible al mundo que le rodeaba, parece que el loco estilo de vida de aquellos tiempos y las drogas que circulaban libremente no le sentaron bien. Empezó a desparecer, primero unos días, luego largas temporadas. Pasaba el tiempo encerrado en casa de sus padres leyendo libros de historia del arte e interesándose por el constructivismo ruso o los situacionistas. Poco a poco fue desapareciendo de la escena musical y del diseño.

La historia permanece oscura durante algunos años para nuestro singular personaje, al que volveremos a encontrar en Londres alrededor de 1976. En las calles de la ciudad estaba naciendo el movimiento punk y Bubbles se dio cuenta enseguida de su importancia. Jake Rivera, un viejo amigo de la época de Portobello Road, estaba empezando Stiff Records y Bubbles volvió a trabajar con la energía de los primeros días.
    Influenciado por el movimiento punk y reciclado con sus conocimientos sobre el arte moderno, el diseño de Bubbles despegó de nuevo. Entre 1977 y 1981, sus mejores años, vivía prácticamente en las oficinas de Stiff. Bubbles mezclaba la pasión por su trabajo con una rara habilidad como para no tomarlo muy en serio, una actitud que conectó perfectamente con la filosofía punk. No firmaba ninguno de sus trabajos, no sé si como un gesto de honestidad hacía la historia del arte de la que tomaba sus referencias o como consecuencia de su carácter nihilista y existencialista.
    Increíblemente prolífico, Bubbles realizó todo tipo de trabajos: desde cubiertas de discos a anuncios de prensa, de camisetas a pases de back-stage para conciertos. Riviera y los músicos de la compañía creían completamente en él y aceptaban todo lo que les proponía.
    Bubbles no escondía las fuentes de su inspiración, pero añadía un toque de humor y parodía a sus obras. La cubierta para el elepé de los Damned “Music for pleasure” de 1977 parece a primera vista una copia descarada del estilo de Kandinsky, pero una segunda ojeada nos descubre esquemáticos retratos de los miembros de la banda escondidos en el dibujo. Para el albúm “Do it yourself” de Ian Dury, una de sus piezas más interesantes, diseñó e imprimió 52 versiones distintas utilizando para cada una de ellas un fondo de papel de pared distinto. Una idea simple, una actitud surrealista y un buen concepto de diseño (el título del álbum significa literalmente, hazlo tú mismo).

Barney Bubbles fue el responsable de la imagen gráfica de Stiff Records y realizó cubiertas de discos para Brinsley Scwarz, Elvis Costello, Graham Parker, Ian Dury, Dr. Feelgood y otros. Más tarde colaboró con la nueva compañía discográfica Radar Records donde volvió a trabajar en cubiertas para Elvis Costello (entre otras, Armed Forces en colaboración con el grupo francés Bazooka), Nick Lowe, The Rumour y The Atraccions. También es el responsable del diseño del primer elepé de Billy Bragg “Life’s a riot with spy vs spy” donde imitó la tipografía y los colores de las cubiertas de los viejos libros de Penguin. Re-diseñó el logotipo del semanario musical británico New Musical Express y el libro de canciones de John Cooper Clarke “Directory 1979”,entre otras muchas cosas.
    A principios de los ochenta, cuando el punk perdió su idealista anarquía y se convirtió en un negocio más, Bubbles fue dejando de lado el diseño gráfico y empezó a diseñar muebles, joyas y a dirigir vídeos, como el de Ghost Town para los Specials.

Quizá se desilusionó de nuevo con el ambiente musical de la época, quizá se sentía viejo –era un hombre de unos treinta años rodeado de jóvenes de 17 o 18-, demasiado mayor para seguir diseñando cubiertas de discos o puede que, simplemente, fuera demasiado honesto. Volviendo a la entrevista que concedió a The Face en 1981, declaraba, refiriéndose a los nuevos diseñadores: “Son tan creativos que me hacen sentirme serio y aburrido, creo que es hora de dejarlo. Mi tiempo ya ha pasado”.
    Mirando hacía atrás, la vida y la carrera de Bubbles nos llevan a un callejón sin salida. Su excesiva modestia le permitía no tomarse muy en serio su trabajo y evitaba que se volviera engreído o se cerrase a nuevas ideas. Por otro lado, su renuncia a promocionarse a sí mismo condujo a que los nuevos diseñadores, la mayoría de ellos influenciados por su trabajo, se llevaran la gloria y la admiración del mundo. Fue, en mi opinión, uno de los mejores diseñadores gráficos de finales de los setenta y principios de los años ochenta.
    En los últimos meses de su vida se dedicó a pintar, viajar y diseñar muebles. Lo encontraron muerto en su casa el 14 de noviembre de 1983. Aparentemente se suicidó. Nos quedan sus trabajos.

 

*El texto original ha sufrido pequeñas correcciones gramaticales.

Las imágenes (fotocopias) pertenecen a mi colección de recortes del New Musical Express.

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