Nos encantaría vivir en una ciudad diseñada por Oscar Mariné. Colorista y viva, interesante y cariñosa, dura y sensual. Llena de letras rotundas y personajes fascinantes.  De avenidas luminosas y rincones oscuros. De quioscos, carteles, rótulos y revistas. Una ciudad de arquitectura, cine y fiesta, tan apasionada y contradictoria como la vida misma.

Nos va a encantar ver la exposición Óscar Mariné Big Bang, que se presenta a partir del 18 de octubre en el Museo de la Universidad de Navarra, en Pamplona. Es una panorámica exhaustiva de la producción de un diseñador referencial de la gráfica española de las últimas décadas.

La obra de Óscar Mariné Brandi, OMB, trasciende por su capacidad de crear y asentar imágenes que ya forman parte de la cultura visual colectiva. Carteles de películas, fanzines de culto, portadas de publicaciones de masas, anuncios que hacen época y, en lo que es uno de sus rasgos más singulares, un trabajo de ilustración que entra de lleno en la práctica artística. Entre sus más conocidas imágenes está esa colección de personajes ilustrados que componen un auténtico coro de la modernidad.

La exposición de Pamplona propone recorrer la obra de OMB sin corsés cronológicos, buscando significados conceptuales nuevos donde cada pieza remite al resto, al margen de soportes, géneros y épocas. Es una forma de reivindicar las coordenadas centrales del trabajo de Mariné: la disolución de fronteras disciplinares, la mirada mestiza, la curiosidad y el compromiso con la cultura de este profesional que, más que diseñador, se considera ante todo un comunicador. Si ya lo hacíamos, a partir de ahora vamos a disfrutar aún más de Óscar Mariné.