¿Qué merece la pena cambiar después?

Todo momento de incertidumbre desencadena varias fases en nuestra actitud para afrontarlo. El primer impulso trae esa necesidad de llenar el tiempo para acallar el horror vacui, ya sea con un intento frenético de mantener el ritmo para no dejarse llevar por el desánimo o con la negación de que el cambio nos está envolviendo en su más que punzante desorden. Puede que después nos azote el miedo e incluso tal vez el enfado, pues salir de la zona de confort cuando no responde a una necesidad prescrita por algún coach que habita Internet pierde todo cariz romántico de superación personal. Sin embargo, una vez asentados en las nuevas circunstancias que nos acompañan y que se nos revelan casi ya como cotidianas, llega el momento de reflexionar, con calma y sin pausa, para construir el mañana e intentar recuperar el control que sentimos nos han arrebatado.

ADG-FAD, como institución de personas para personas, ha pasado seguro por todas estas fases, pero decidimos hoy echar el freno, respirar y reflexionar a fuego lento, colaborativamente, para redefinir nuestra comunidad, disciplina y profesión. Y para resistir la incertidumbre desde la esperanza. Parece que cuando volvamos, queramos o no, deberemos ser otros. Y no vamos a tomarlo desde la resignación sino desde las ganas de reconstruir, mejorar, adaptar, para el bien de todas las que formamos la comunidad del diseño y la comunicación visual, con vistas mucho más allá, al bien común.

Una reflexión entre todas

Queremos invitar a toda la comunidad a reflexionar pausadamente sobre el futuro, sobre el presente en el que se fundamenta, a través de unas pequeñas líneas reflexivas sobre la propia práctica profesional: la explosión digital, el principio innegable ya de que lo local es global, la responsabilidad de las marcas y los discursos que vehiculan, el añorado «menos es más», la sobrecarga de eventos internacionales insostenibles, las producciones de proximidad, las nuevas herramientas y metodologías de trabajo, los nuevos valores a adoptar en marketing, publicidad, branding y, en resumen, como sociedad. 

Hemos creado una pequeña encuesta para todo aquel que quiera aventurarse en esta reflexión, pero no debe hacerse con prisa, no hay nada al final más que unas conclusiones construidas entre todos. Porque si algo está pasando estos días de primavera es que, sin lugar a dudas, estamos redescubriendo nuestra vocación de comunidad.

¿Lo hacemos?