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ADG
Diseño de packaging III: La mirada del cambio

Entrevistamos a Pensando en blanco sobre el proyecto ganador de un Oro Laus 2021, el packaging para The Real Organic Pistacho

El packaging de The Real Organic Pistacho, de Pistachos La Ecofinca, fue candidato a Grand Laus en Diseño Gráfico, la categoría reina de nuestros premios, durante la deliberación final del jurado de los premios ADG Laus 2021. Finalmente el galardón quedó desierto pero, de haber sido así, estaríamos hablando del segundo año consecutivo con un gran premio en el apartado de packaging pues, en 2020, el Grand Laus de Diseño Gráfico fue otorgado a Utopicum, el estudio valenciano responsable del rebranding de Turrones EL Lobo.
En esta ocasión, detrás de los packs de The Real Organic Pistacho encontramos a nuestros socios de Pensando en blanco, con quienes nos hemos sentado a charlar.

¿Quiénes son y cómo se define Pensando en blanco?

Pensando en blanco es un estudio y un proyecto creativo desarrollado bajo la dirección de Borja Garmendia (Director Creativo) y Aurora Polo Santamaria (Arquitectura Interior).

Bien se trate de un espacio, una identidad visual, un contenido editorial o un producto, a través de nuestros proyectos buscamos reflejar un conjunto de valores que consideramos fundamentales, como la continuidad o la solidez. Esta forma de trabajar nos permite establecer relaciones constantes con diseñadores, arquitectos, artistas y comisarios y dejar una huella tangible en la evolución y la trazabilidad de una marca, un producto o en los espacios que creamos. Desde Pensando en blanco trabajamos en las áreas de Dirección Creativa, Content, Arquitectura Interior y Producto.

Un packaging de nuevo casi un Grand Laus en Diseño Gráfico, un hecho hasta hace muy poco casi insólito en la historia de nuestros premios. ¿Qué está sucediendo con el packaging?

Por nuestra parte intentamos afrontar todos los proyectos con una base y unos argumentos suficientemente sólidos independientemente del área al que pertenezcan. Afrontamos con la misma responsabilidad e intensidad la construcción de una identidad de marca a 1-2 años vista que un proyecto de packaging como The Real Organic Pistacho. Creemos en proyectos por la solidez de sus valores, que son la base para emprender un proyecto y construir una identidad que esté a la altura de la calidad de su producto.

En este caso, partimos de un proyecto pequeño evolutivo con la fuerza suficiente para obligarnos y motivarnos creativamente a crear nuevos elementos de comunicación. El hecho de que un proyecto de packaging optara a un Grand Laus (mejor que no nos lo hubierais dicho… jjj) es un reflejo del trabajo sólido de todos los elementos que lo acompañan: identidad, marca, selección de material, acabados, técnicas etc. La percepción del cuidado de todos estos elementos debe ser lo suficientemente sólida como para competir con una identidad de marca, un proyecto editorial, audiovisual, etc.

A mí me parece un reto maravilloso, afrontar un proyecto donde en un área de 13cm cuadrados como en este caso, tengas que transmitir tantas cosas para poder llegar al cliente final y que te lleve a su casa.

Dentro del diseño gráfico como disciplina y profesión, ¿qué puesto le otorgáis al diseño de packaging?

Tal y como comentaba, afrontamos todos los proyectos con la misma importancia, responsabilidad y emoción. Es cierto que para mí el packaging siempre ha sido la niña bonita. Creo que es un área que respeta muy bien el trabajo de un diseñador. Me encanta ver un envase, una botella de vino, que sigue ahí, que aguanta y que sigues disfrutando con el paso del tiempo.

En el caso de The Real Pistacho, hay un hecho a remarcar: la gente nos comenta que no se atreve a desechar las bolsas. Es algo que nosotros como profesionales hacemos constantemente como defecto de profesión. Al fin y al cabo, hemos estado muchas horas trabajando un cuerpo de letra de 3pt.

¿Cuáles son los principales retos que tiene que asumir un diseñador con el packaging?

La correcta utilización de todos los códigos de comunicación —color, materiales e información— combinados con un sistema gráfico que consiga un gran impacto e innovación en su sector. Todo esto en un área limitadísima, creo que es la magia del packaging.

¿Cuál era el brief del diseño del packaging para The Real Organic Pistacho?

Romper el mercado de los pistachos con un código gráfico diferenciado. El brief que teníamos hacía un gran hincapié en el origen del pistacho de California e Irán que inunda el mercado, de baja calidad, al que le aplican mucho tratamiento químico y del que había que huir.

Partíamos de un producto orgánico certificado de gran calidad que nos posicionaba en el mejor de los escenarios: “Tenemos el mejor producto del mercado y debemos llegar a la altura del mismo”. Estos retos me encantan, nos hacen sentir en inferioridad respecto al producto que nos presenta el cliente y nos obliga a afrontar un proyecto con una posibilidad de crecimiento enorme y una responsabilidad real.
Tenemos la suerte de no trabajar con clientes que tienen productos de baja calidad, lo que nos posicionaría en un escenario en el que toda la responsabilidad recaería en nuestra habilidad gráfica y en la creación de “fuegos artificiales” para colocar un producto de baja calidad al cliente final. Éste no suele ser el mejor de los escenarios.

¿Dónde estuvo vuestra fuente de inspiración?

El cliente venía del mundo del Kiteboard y el Motocross de alta competición, mundos totalmente alejados del sector de la alimentación al que nos enfrentábamos. Personalmente, creo que estos dos mundos conviven con unos códigos gráficos estridentes cromáticamente, además de barrocos y poco sofisticados en cuanto a tratamientos gráficos, logos, copys, etc. Teniendo en cuenta el origen del cliente, nuestro punto de partida fue intentar trasladar ese código de color estridente, con colores fosforitos sin control, domesticarlo y llevarlo a un sistema gráfico controlado sin perder impacto.

¿Por qué no es un embalaje 100% reciclado u orgánico?

Estamos en un momento de transición y transformación global hacia lo sostenible, ecológico, hacia la responsabilidad medioambiental, etc. Como momento de transición, lamentablemente la transformación hacia lo 100% sostenible todavía no ha llegado. No tenemos un entorno y una oferta 100% responsable con el medioambiente en la industria. En este sentido, considero que hay que buscar el balance perfecto, honesto y responsable dentro de las opciones que nos ofrece el mercado a nivel de materiales.

Las realidades a las que nos enfrentamos son diferentes constantemente y muchas veces van ligadas a las posibilidades económicas del proyecto. Un cliente con un pulmón económico importante tiene más opciones de adecuar el proyecto a estos parámetros de sostenibilidad, a diferencia de un cliente menor.

En el caso de The Real Organic Pistacho, hay que buscar el equilibrio perfecto desde el origen y el cuidado del fruto, hasta la imagen y packaging final del producto. Las opciones que ofrece el mercado son limitadísimas en este sentido y conseguir una packaging con un diseño y materiales ad-hoc a un precio que permita al producto final ser competitivo en el mercado es prácticamente imposible.

Profundizando en esto, desde Pensando en blanco hemos conseguido unos envases CO2 NEUTRAL CARBON FREE. Tratándose de un producto alimenticio, las características que nos ofrece se presentaban como idóneas para la protección del producto final envasado.
Soñamos con un contexto donde la sostenibilidad no se limite a ser un mensaje ni un claim que dé valor a nuestros proyectos futuros, sino una realidad en la que todo lo que tenemos alrededor, lo que nos ofrece la industria y lo que hagamos sea ya 100% sostenible. Espero que estemos en ese camino.

¿Cuál es vuestra línea de trabajo con respecto a la sostenibilidad? ¿Qué materiales sostenibles utilizáis o proponéis para packaging?

La sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental está presente en el día a día de nuestro estudio. Partimos del hecho de que ya trabajamos esa responsabilidad corporativa desde dentro, forma parte de nuestra realidad y consciencia, y con gran coherencia y sentido común nos lleva a tomar decisiones para conseguir un balance correcto entre lo que nos ofrece la industria y el resultado del proyecto que queremos obtener.

Por poner un ejemplo, nuestro estudio forma parte del proyecto 1% For the Planet por decisión interna. Hemos introducido en esta iniciativa a proyectos que hemos dirigido, como Inés Susaeta, porque creemos que debemos compensar al planeta por los recursos que utilizamos, además de nuestros actos diarios… pero ni vamos a hacer bandera de esto, ni vamos a vender que somos 100% Green en todo lo que hacemos.

Intentamos hacer lo máximo que podemos en los proyectos editoriales, packaging así como en la construcción con los materiales que utilizamos, pero no siempre es posible porque el mercado, la industria y, en muchos casos, las limitaciones del proyecto te obligan a tomar decisiones que pueden no ser 100% eco-sostenibles. Personalmente no me preocupa. Partimos de ahí y hacemos todo lo que podemos sin volvernos locos.

Volviendo a The Real Organic Pistacho, ¿qué cambiaríais del proyecto si pudierais?

Más que cambiar, añadiría lo comentado en el punto anterior: capacidad económica para I+D en cuanto a materiales, diseño de troqueles ad-hoc, etc.

¿La marca sabe que ha ganado un Laus?

Valoran mucho lo que hemos conseguido con los recursos que disponíamos. Siempre es un reto poder inscribir proyectos en los Premios ADG Laus y tomar su temperatura con el resto de proyectos, y más aún con proyectos tan pequeños. El hecho de que el año pasado una marca del tamaño de Turrones El Lobo ganara un Grand Laus sirve para que el cliente, totalmente ajeno a este mundo, ponga cara y ojos a la repercusión de los premios y del valor de un proyecto realizado conjuntamente entre cliente y diseñador. En este sentido, volver a agradecer el esfuerzo y el trabajo que hace  ADG-FAD para la divulgación del diseño.

Y por último, vuestro top de estudios de diseño o piezas de diseño que son referentes en packs y etiquetas son…

Me gustaría destacar el trabajo y enfoque de Fernando Gutiérrez en el proyecto que dirige conjuntamente con Telmo Rodríguez. Ya no solamente por el resultado gráfico y su solidez con el paso de los años, sino por haberme permitido descubrir a través de su trabajo el significado de la “dirección de arte” y la posibilidad de sumar talento con colaboraciones para conseguir un resultado final mejor. Recuerdo hace más de 20 años una gran cantidad de recursos gráficos exquisitos a partir de infinidad de colaboraciones con ilustradores que se sumaban a su delicada gráfica en una simple etiqueta y botella de vino.

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Pensando en blanco, estudio afincado en Hondarribia, tiene en su haber numerosos premios Laus por su trabajo de diseño y dirección de arte, entre los que destacan proyectos como Teixidors, Loreak Mendian u Ondarreta. Muchos de ellos compartidos con colegas de profesión, con los que nos dan una lección magistral de colaboración y trabajo en equipo.

www.pensandoenblanco.com

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