Cada vez que hagas clic-clic sobre un icono, acuérdate de Susan Kare

¿Cuándo empezaste a usar un Mac? Si eres de las que en los años 90, o incluso en los 80, ya tecleabas con Apple, recordarás aquellos primeros iconos pixelados: la carpeta, el cubo de basura, el floppy, la famosa figurita de la tecla de comando, el reloj, la temida bomba que aparecía cuando el sistema se colgaba… Con esos símbolos se inauguró un lenguaje de software que aspiraba a la proximidad. Una codificación funcional que buscaba una relación amable y sencilla con el usuario. Más “humana”. Y que terminó universalizándose. Hoy no hay dispositivo que no emplee pictogramas herederos de esa voluntad abierta, popular, integradora de nuevos públicos.
Aquellos iconos iniciales tienen madre: Susan Kare. Diseñadora gráfica, artista y, según el International Design Guild, una de los ‘Top 50 Tech Visionaires’. A pesar de este reconocimiento, su notoriedad nos parece algo intermitente y es por eso que le queremos dedicar estas líneas. No es habitual que el trabajo de alguien tenga una influencia que ya abarca más de tres décadas.

Susan Kare acaba de cumplir 63 años y sigue al frente de su estudio, con sede en San Francisco. A principios de los 80, después de graduarse en Bellas Artes en Nueva York, trabajaba como escultora y comisaria de exposiciones. Entonces recibió una oferta que se revelaría crucial. Un amigo del instituto, Andy Hertzfeld, un genio del software, le propuso entrar en el departamento de diseño de Apple Computer, que ensayaba entonces la interfaz del primer Macintosh.
En ese momento, el aspecto estético de la computación estaba en pañales. ¿Por dónde empezar? Susan Kare explica que desde el principio quisieron huir de la típica solución: poner instrucciones textuales dentro de cajas. A partir de la idea de economía expresiva –transmitir un significado a primera vista–, comenzó a pensar en iconos que actuaran como señales de tráfico más que como ilustraciones.
Susan diseñó muchos simbolitos en pocos meses. “Aunque Steve Jobs tenía la última palabra, mi tarea era muy libre, cada vez que se necesitaba un nuevo icono, proponía alternativas y variantes que debatía con el equipo de software.” El trabajo tenía un paradójico componente de artesanía, de tarea casi manual: “diseñaba los iconos al tiempo que Andy y su equipo desarrollaban el software, y eso me obligaba a calcular el número hexadecimal de cada píxel que había que cambiar”. Un día, finalmente, Andy Hertzfeld creó un editor de iconos que permitía acceder directamente a los píxeles. A caballo de pruebas, errores, descubrimientos y logros, nos imaginamos un proceso apasionante. De película. Y con final feliz. Cuando en enero del 84, Steve Jobs presentó el primer Macintosh, la primera cosa que el público pudo ver fue un icono de Susan Kare: el Mac sonriente (Happy Mac).

Arriba, una imagen extraída del video Susan Kare, Iconographer, filmado en el EG8 (2014).
La aportación de Kare fue más allá: diseñó las tipografías bitmap originales de Apple. Chicago, Monaco, New York y Cairo son nombres que ya forman parte de la historia de la gráfica del software, de la computerización del diseño gráfico.
Eran tiempos acelerados. Cuando Jobs fue despedido de Apple, en 1985, Susan Kare se fue con él a NeXT Inc. Estuvo dos años como directora creativa. Después, ya como freelance, trabajó para la mayoría de grandes empresas tecnológicas de los 90 y los 2000: Autodesk, IBM, Intuit, Sony Pictures, Motorola, Microsoft, Facebook, Pinterest (desde el 2015)… El juego del solitario de Windows es un diseño suyo. Su especialidad ha seguido siendo la iconografía, sobre todo aplicada al software pero también sobre objetos físicos. En diseño gráfico, su “héroe” es Paul Rand.