Entrevista a Jaume Pujagut, Raúl Goñi y Manel Gràvalos, organizadores del encuentro en Portbou que celebra este año su 11ª edición
Septiembre se asocia con la vuelta a los despertadores, deadlines, cierres de proyectos, rutina, estrés. De nuevo, nos encontramos inmersos en la agitación de la vida moderna. Sin embargo, el final de las vacaciones se hace un poquito más llevadero sabiendo que, a la vuelta de la esquina, nos espera un espacio donde reproducir la sensación de descompresión estival mientras conversamos, reflexionamos y aprendemos sobre lo que más nos gusta: el diseño. Del 10 al 16 de septiembre todos los profesionales, estudiantes y amantes del grafismo tenemos una cita en La Festa del Grafisme que, como de costumbre, este año vuelve a celebrarse en Portbou.
Hablamos con Jaume Pujagut (JP), Raúl Goñi (RG) y Manel Gràvalos (MG), para saber más sobre este evento que lleva 11 años creando espacios de relación y aprendizaje en un entorno de distensión y diversión.
¿Cuál es la filosofía de la Festa del Grafisme? ¿Cuáles son los puntos más importantes de vuestro manifiesto?
(JP) La filosofía de la Festa sigue siendo la misma desde sus inicios, la promoción del diseño en general y del diseño gráfico en particular, bajo nuestro particular punto de vista que quiere huir de pensar sólo en nosotros mismos (como diseñadores gráficos) y abrirnos a conocer y compartir el trabajo de otros diseñadores y creadores. Además, le podemos añadir la intención (que no siempre logramos) de hacerlo desde una perspectiva tranquila pero inmersiva.
El manifiesto que hemos lanzado este año recoge nuestro punto de vista y nuestros deseos y es difícil destacar un punto sobre otro, todos nos parecen importantes, pero lo terminamos diciendo: En definitiva, seguir siendo sencillos, cercanos, experimentales y tan amables y profesionales como nos sea posible; sabemos que sólo es diseño gráfico, pero nos gusta, así que sin ser lo más importante sí que se trata de un buen resumen.
(RG) La filosofía está en el nombre, cuando se lo pusimos ya tenía esa intención. La mitad debería ser Festa, en lo que refiere a un evento extrovertido, divertido, super social, con contacto… y ‘grafisme’, como punto de encuentro para grafistas puros y duros que toman y dan su inspiración de otros grafistas, fotógrafos, tipógrafos, ilustradores, directores de arte, cineastas, diseñadores de producto, arquitectos, literatos, músicos… Nuestro manifiesto cada año crece en su ambición por abrirse a disciplinas, a historias más allá del diseño gráfico.
(MG) Diría que la filosofía al final no puede ser otra que conectar con la sociedad que nos acoge y serle útil aportando dos cosas imprescindibles: conocimiento y crítica.
Este año la Festa del Grafisme celebra su 11ª edición. ¿Cómo empezó el proyecto? ¿Cómo llegó a Portbou?
(JP) El proyecto empezó con la locura de un grupo de amigos por el diseño gráfico y el impacto que les provocó un viaje en grupo al festival de Chaumont. Pensamos que no estaría mal conseguir algo similar en nuestro país y así comenzó la aventura de la Festa. Lo de Portbou es otra historia; queríamos organizar la Festa en un pueblo pequeño y conseguir que los asistentes no pudieran distraerse con nada más, como suele ocurrir con los festivales que se organizan en ciudades o pueblos grandes, tanto por su extensión como por su oferta cultural. Queríamos vivir juntos el fin de semana de la Festa y buscábamos un lugar pequeño donde eso fuera posible. Uno de los amigos del grupo es nativo de Portbou y lo propuso. Además, Portbou tiene la particularidad de ser frontera y eso nos ayudaba porque siempre estamos hablando de ese concepto en relación con el diseño gráfico: arte o diseño, puro o transversal, social o comercial… y además no hay que olvidar el mar, al menos por mi parte.
(RG) Recuerdo perfectamente el viaje al Chaumont para ver una exposición retrospectiva del gran Paul Rand. Recuerdo alucinar con la implicación de todo el pueblo con el festival, recuerdo panes en forma de letras, letreros increíbles, muchísimos pequeños espacios tuneados para la causa y la sensación de estar en el paraíso (gráfico). Recuerdo ponernos de rodillas ante determinados envases de bombillas y posters para IBM. Recuerdo el viaje de vuelta también, pensando que no había nada igual en nuestra ciudad y soñando con hacer algo que tuviera que ver con todo lo que habíamos visto.
(MG) Creo que esa fue la clave, vivir un festival que desbordaba los recintos de las exposiciones e inundaba la calle, pero no desde una postura estética sino evidenciando con muchísima fuerza que desde las paredes aún se pueden cambiar cosas y llegar a la gente.
¿Qué evolución ha tenido desde entonces?
(JP) Aunque siempre hemos partido del formato clásico de los festivales de diseño (exposiciones, talleres, conferencias) a lo largo de los años hemos procurado experimentar con los formatos. Por ejemplo, a partir de la quinta edición convertimos las conferencias en experiencias, charlas en formato reducido en que la distancia entre conferenciante y oyente queda anulada para convertirse en una conversación entre amigos. O la propuesta de la novena edición en la que en el programa no había ningún diseñador gráfico –las experiencias las realizaron un escritor, dos arquitectos, dos fotógrafos y un diseñador de producto. Nuestra máxima osadía fue el año pasado en el que para celebrar nuestra décima edición realizamos la Festa sin programa, no había ponentes y oyentes, sino un gran grupo de gente interesada en el diseño, gráfico o no, con el que quisimos compartir dudas, proyectos e intenciones y que con sus opiniones nos ayudaron a seguir adelante con el proyecto.
(RG) La novena edición es para mí donde más hemos evolucionado. Nos hemos quitado de encima definitivamente la idea de que es sólo diseño gráfico y hemos pasado a hablar de diseño desde una perspectiva mucho más amplia y rica. Todo ello es gracias en parte al libro Statement and Counter Statement de Experimental Jet-set, un libro que habla de diseño gráfico a través de lo que les inspira a diseñar, desde el futbol total de Cruyff al modernismo del Diseño Total holandés, desde la música como inspiración, Tropicalia o el modelo de banda/estudio del punk, desde el arte como riquísima frontera con el diseño, la arquitectura, poesía… Creo que hemos pasado de hablar de diseño gráfico a hablar de diseño en el más amplio sentido de la palabra.
(MG) También somos más viejos y por lo tanto más reflexivos. Eso se nota en nuestra forma de pensar y en aquello que nos parece importante transmitir. No nos interesan demasiado los nombres con mayúscula ni la purpurina, sino encontrar personas y maneras de ampliar nuestra visión del mundo desde donde nunca se nos había ocurrido, si es un diseñador, un ornitólogo o un conductor de autobuses nos da lo mismo.
¿Alguna anécdota memorable?
(JP) Más que anécdota yo hablaría de sorpresa. En la segunda edición al levantarnos descubrimos una instalación tipográfica preciosa en la playa que ignorábamos quien de los asistentes había realizado. O el impacto de un sencillo taller de África Fanlo que propuso pintar las piedras de la playa y que después colocadas en la orilla del mar y en el camino de ronda generaron una belleza difícil de explicar en un trabajo realizado en su mayoría por niños.
(RG) Muchísimas pero prefiero dejarlas allí, en Portbou, para los momentos de barra.
(MG) Nunca olvidaré la primera noche de la primera Festa, cuando vimos que la gente no cabía y llenaban todos los espacios, corríamos a buscar sillas donde fuese. ¿Qué hacía toda esa gente allí? ¿de dónde habían salido? Era increíble, habían venido a Portbou. Algo de lo que vivimos en Chaumont estaba allí, lo habíamos hecho.
¿Cómo escogéis a los ponentes? ¿Cómo pensáis el programa?
(JP) Durante el año nos reunimos diversas veces proponiendo ideas, nombres, acciones, etc. En ocasiones la lista es tan larga que tenemos que realizar votaciones internas para ir disminuyendo las posibilidades. Básicamente cada uno de los miembros del colectivo propone aquello que le gusta, le interesa o le sorprende.
A partir de estas listas procuramos contactar, ordenar y organizar para que el programa sea lo más ecléctico y variado posible, conservando algunos elementos fijos como el que haya una exposición, algunas experiencias, la fiesta de bienvenida en la playa, el guateque del sábado, en las últimas ediciones la paella, etc.
(RG) Trabajar con Jaume significa trabajar con un diccionario del diseño gráfico abierto. Conviene delegar en alguien así, para nosotros es un placer y para el también. Entre tanto las aportaciones personales de cada uno van aflorando y es así como se completa la lista de invitados cada año.
¿Cómo es el equipo que hay detrás de la Festa?
(JP) Un grupo de amigos, seguramente si no lo fuéramos el proyecto seria imposible.
A partir de esta edición y después de las opiniones recogidas en la décima edición al equipo inicial –que no siempre ha sido el mismo– hemos incorporado a nuevos miembros, más jóvenes, que colaboran en la edición anual como una especie de comisarios. Es nuestro primer año con este formato y ya veremos cómo termina.
Ojalá alguno de estos colaboradores se quede en el grupo, pero creo que es interesante que cada año exista esa especie de comisariado que permite ideas nuevas y propuestas diferentes.
(RG) El equipo es abierto, siempre lo decimos, cualquier persona que quiera apuntarse a organizar puede formar parte. Formar parte de este ecléctico equipo con gustos, intereses y profesiones diferentes significa estar dispuesto a reunirse una vez o dos al mes. Trabajar gratis en estos tiempos es duro por lo que no tenemos demasiadas peticiones y son más las personas que les gustaría que las que luego realmente se suben al carro. En esta última etapa se están incorporando voces jóvenes, personas de veintipocos años a las que les encanta el proyecto y que serán, lo tenemos claro, los futuros organizadores. Nos hacemos viejos y nos faltaba el punto de vista millenial para conectar con lo que a ellos les parece pertinente ahora. ¡Estamos super contentos de que formen parte! Si alguien se anima solo tiene que mandar un email AHORA a hola@tallersdelafesta.org ¡BIENVENIDOS!
¿Cuál es el objetivo de los talleres?
(JP) Una de nuestras primeras reflexiones es que un taller tiene que ser algo serio.
Hasta ahora al tener sólo el fin de semana los talleres tenían que tener un formato más de divertimento, a pesar de que por ejemplo con el Tiportbou hemos tenido propuestas muy interesantes y divertidas como proponer nuevos rótulos para algunos negocios y tiendas o decorar frisbees tipográficamente. Pero ahora, con cinco días de total inmersión viviendo y proyectando con los talleristas, 6 horas diarias, y una presentación colectiva de los proyectos desarrollados para el último día queremos dar un paso adelante.
(RG) Los talleres de la Festa que inauguramos este año quieren ser un espacio para la reflexión calmada y pretende conectar a personas amantes del diseño en general con relevantes profesionales del ámbito internacional. Unir a perfiles de todas las disciplinas en torno a la creación en un espacio y provocar un coctel explosivo en un entorno natural y geográfico magnético, en la frontera entre dos países, en la frontera entre disciplinas, en la frontera de lo social y lo profesional.
(MG) Aún diría que objetivo final es ir más allá del taller, usar el resultado de lo que pase en Portbou para decir cosas alto y claro. Si no, no vale la pena el esfuerzo, no son tiempos para la autocomplacencia, toca luchar para dar sentido a aquello que hacemos todas las horas del día.
¿Qué nos encontraremos este año en los talleres de Bendita Gloria, Curro Claret, Anthony Burril y Leve Projects?
(RG) Los cuatro magníficos (5 en realidad) son estos:
Anthony Burrill, nuestra propuesta internacional, es el artista gráfico, impresor y diseñador conocido por su estilo de comunicación persuasivo. Usando una selección de las tipografías preferidas de Anthony, cortaremos, compondremos y pegaremos grandes letras para crear grandes carteles, haremos declaraciones audaces y exploraremos la tipografía de forma manual. Olvídate del portátil, haz carteles manualmente, ¡hazlo sencillo! Sus talleres son una mezcla entre reflexión y expresión sugerida en su formato preferido, el cartel.
Bendita Gloria representan el frescor, la honestidad, la provocación y lo underground en materia de diseño gráfico y comunicación. Sí, expresa afirmación. No, expresa negación. Dos bandos defenderán términos opuestos. Sí y No en sí mismos, no como instrumento de. El diálogo entre ambos se desarrollará a través de soportes efímeros/perdurables, de formatos virtuales/físicos, de mensajes ficcionados/documentales. Su éxito dependerá del ingenio, la emboscada, la pirueta, la metáfora, el cálculo, la sencillez. Un instrumento de propaganda. Una batalla de gallos. Un ejercicio retórico.
Curro Claret es el artesano del diseño de producto. Lo que queda fuera, excluido y marginado por la «oficialidad». Los que no pueden participar como ‘el resto’ por su condición, situación, posición, ideas, creencias o manera de vivir. Los que el sistema no reconoce como «nosotros». ¿Cuándo se está fuera? ¿Dónde están los límites? ¿Quién y cómo se deciden? El taller va sobre cuestionar esos límites a través de la propuesta de pequeñas acciones, intervenciones y artefactos.
Eva y Paco, de Leve Projectes, son arquitectos, cineastas, fotógrafos, curadores, diseñadores, urbanistas, los arquitectos totales. Proponen una semana de practicar derivas por el territorio y construir historias. A lo largo de toda la semana se elaborará una cartografía fantasma de Portbou, que rescatará el género de cartografías de ‘lo vivido’ que fusionaban la representación científica con la experiencial.
(MG) Al contenido de todos ellos hay poco que podamos aportar, son gente experta y motivada, y que conectan con nuestra forma de entender la sociedad y la profesión. Por eso estarán en Portbou, y son garantía de calidad por su trayectoria y su bagaje. Lo que podemos hacer desde la organización es desvivirnos para que al final de la semana seamos un grupo muy unido emocionalmente, con ambición y ganas de cambiar cosas, y creo que será fácil.
¿Qué sorpresas nos depara esta edición?
(RG) Las sorpresas, sorpresas son, pero… Cata de ensaladillas rusas, algo de danza contemporánea, quesos, vinos y gins de frontera, y un concierto del arquitecto que decidió no construir y dedicarse a la docencia y al cacharrero electrónico son algunas de ellas.
¿Qué aportación queréis hacer a la profesión con la Festa del Grafisme?
(MG) Seguramente la aportación más importante sería darse cuenta de que nuestros clientes no son los que pagan sino nuestras vecinas y vecinos, y el paisaje y lo que comemos. Y que es para mejorar sus vidas para lo que vale la pena trabajar. Yo con eso, me conformo.
(RG) Me gustaría que los talleres y la Festa fuesen el espacio en blanco que hay en el anti-diseño, me gustaría evitar etiquetas. Me gustaría fuera un espacio para cuestionar y proyectar desde la crítica, pero no una crítica desde el juicio de superioridad, todo lo contrario. Nos gusta la crítica, como escribe Marina Garcés (2017) “desde la libertad de someter cualquier saber y cualquier creencia a examen, venga de donde venga, lo formule quien lo formule, sin presupuestos ni argumentos de autoridad. Este examen necesario, sobre la palabra de los otros y, especialmente, sobre el pensamiento propio es a lo que empiezan a llamar la crítica. Desde este punto de vista la crítica es autocrítica, el examen autoexamen, la educación autoeducación.” Aportar un espacio para que estas y otras cosas pasen sería un sueño.