La Junta de ADG-FAD otorga a Oscar Mariné el merecido reconocimiento por su trayectoria y dedicación a la profesión. El pasado viernes 8 de junio, Mariné recogió en el Disseny Hub Barcelona el galardón de honor, entregado por su hijo, el diseñador gráfico Pablo Mariné.
Aprovechamos la ocasión para recuperar un artículo escrito por Diego Manrique publicado en el Magabook ADG Laus 2018 y que define al galardonado diseñador con anécdotas, recuerdos, y su relación constante con el mundo de la música.
Material para un aprendizaje generacional
‘Un día de verano viajo hasta el taller de Óscar en un lejano parque industrial. He revisado las Painted words en fotografías pero necesito palparlas, sentir su peso, jugar con ellas.
Tremenda ingenuidad: estamos hablando de una artesanía delicada. El pop de los sesenta era rápido: tres horas, dos canciones. El pop art requiere meditación, depuración, lentitud. Unas obras se están secando, otras están a la espera de rectificaciones microscópicas o nuevas capas de pintura, algunas están colgadas en racimo. Agrupadas, pueden pasar por poemas visuales o por la sinopsis de una película, una novela, una obra de teatro.
En la inmensidad del estudio, algunos cuadros parecen dialogar entre sí. Aunque reina el silencio: hoy, el equipo de sonido de Mariné está averiado. No importa, las Palabras pintadas gritan con toda su callada intensidad. Invocan a nuestra memoria, a nuestras mentes calenturientas: el simple letrero de FLAMINGO se transforma en el desnudo de Christine Keeler, una de las clientas de aquel antro del Soho, la bella desencadenante del caso Profumo, aquel escándalo que evidenció que la clase alta británica ya estaba viviendo el swinging London antes de que aparecieran los Beatles.
¿Entienden el poder de un título? Connoisseur de la tipografía, Mariné conjuga tamaños y fondos para dar riqueza plástica a esos mensajes que atraviesan décadas y modas, aterrizando entre nosotros con arrogancia y complicidad. I NEED YOU podría referirse a la canción de George Harrison pero, al reconocer otras referencias a The Kinks, me atrevería a especular que Mariné pensaba en un “I need you” anterior, el de Ray Davies.
Pueden discrepar, naturalmente. Painted words tiene mucho de juego, de Trivial Pursuit, incluso de banda sonora para un onírico recorrido por un paisaje nocturno de neón urbano. Sería un capricho íntimo de Mariné, en el mismo sentido que One from the heart fue un capricho personal de Francis Ford Coppola. Impávidas superficies brillantes que, pudorosas, esconden su complejidad emocional.’
DIEGO A. MANRIQUE
Fragmento de Material para un aprendizaje generacional, texto de introducción del catálogo de la exposición Painted Words, en la galería La Caja Negra (noviembre de 2014 – enero de 2015).
Vídeo: Bernat Rueda
Fotografía de portada: Carolina Sáinz