Minimalismo y mucho concepto, el proceso creativo en una mochila

“Soy Magoz. Paso el tiempo pensando, creando ilustraciones conceptuales para clientes de todo el mundo, desarrollando proyectos personales y escribiendo en mi blog”.
Ya está, así se define a sí mismo este ilustrador barcelonés sin residencia fija. Ganador de 1 Oro Laus con Usted por Reforma Horaria, 2 Platas y 2 Bronces Laus en la edición de 2017, Magoz trabaja para periódicos, revistas y publicidad de todo el mundo, armado solo con lo que puede cargar en su mochila de nómada incansable. En su trabajo abunda la poesía, el concepto e, irónicamente, las formas mínimas. Su trabajo es un regalo para los amantes de la comunicación visual eficiente, inteligente y hermosa.
Nosotros hemos querido saber un poquito más sobre él y nos hemos aventurado a enviarle algunas preguntas para que, como hace con sus ilustraciones, las respondiera en el camino. O de camino.
¿Cómo llegaste a ser ilustrador?
Sobre el año 2003, siendo adolescente, empecé a pintar graffiti de forma muy intensa. Viajé por toda España pintando murales y empecé a tener mis primeros encargos. El nombre «Magoz» viene de esa época, era mi pseudónimo. Con el tiempo, empecé a perder interés por el graffiti y a dedicarme más a la pintura mural, y de ahí pasé a la ilustración.
Siempre me he guiado por la curiosidad y por aprender cosas nuevas. Cuando mi interés por algo decae, no tengo complejos en pasar página y dedicarme a nuevas disciplinas.
Además, ya no estaba limitado a pintura y muros, si no que podía hacer uso de cualquier técnica, incluyendo medios digitales. A partir de ahí me centré en la ilustración.
Estudié un grado superior de Ilustración en la escuela Serra i Abella. Pero donde verdaderamente empecé a desarrollarme como ilustrador fue a partir de 2009, editando una revista digital sobre ilustración llamada Pandemia Fanzine. La creé junto a Miguel Montaner y Miguel Porlan y consistía en un PDF que enviábamos por email cada mes. Contenía ilustraciones sobre el tema de cada número, entrevistas a otros ilustradores, reportajes, artículos técnicos y recomendaciones. En 2012, Pandemia mutó en Crean.es, un portal de ilustración con objetivos y motivaciones similares pero basado en la web. Fue por esa época cuando empecé a tener encargos de forma regular y en 2013 nos vimos obligados a abandonar Crean para centrarnos en nuestras propias carreras como ilustradores. Ambos proyectos fueron mi verdadera escuela y es allí donde aprendí las bases de la profesión.
¿Cuáles son las mayores influencias en tu estilo? ¿Puedes definirte como ilustrador?
Me interesa la ilustración por su capacidad de transmitir conceptos y de crear realidades que no existen, donde las leyes de la física y de la lógica están al servicio de las ideas. Las imágenes que tienen cierto carácter poético y asignan nuevos roles a las formas son las que más me interesan. A veces, jugando con la perspectiva, la proporción, la descontextualización, o con la lógica de los propios elementos. En mis trabajos siempre persigo ese carácter conceptual, pero además intento utilizar los mínimos elementos posibles para transmitir mis ideas. El minimalismo es otra de las características de mi trabajo. Me gustan las imágenes gráficamente austeras pero llenas de contenido.
Los autores que más admiro trabajan en esa línea. Ahí va una lista (incompleta) de mis influencias: MC Escher, René Magritte, Shigeo Fukuda, Craig Frazier, Pablo Amargo, Arnal Ballester, Isidro Ferrer, René Maltête, Chema Madoz, Joan Brossa, James Curran, Guy Billout, Gunter Rambow, Abram Games, Alex Steinweiss, Tom Eckersley, Paul Rand, Christoph Niemann, Noma Bar, Blexbolex, Emiliano Ponzi, Alessandro Gottardo, Javier Jaen, Riki Blanco, Miguel Montaner, Miguel Porlan.

¿Crees que la ilustración está experimentando una revalorización en el panorama actual de la comunicación visual? ¿A qué es debido?
Creo que la explosión de Internet ha tenido mucho que ver. Desde que Internet ha ido ganando peso en nuestro día a día, han surgido nuevas necesidades gráficas, no solo a nivel de comunicación, si no también de interfaz e interacción. La ilustración es una solución a esas necesidades y poco a poco las ha ido cubriendo de una forma u otra. Ha pasado algo así como cuando el cartel Polaco o el Cartel Cubano estuvieron en su máximo esplendor. Hubo una necesidad de imágenes, y unas condiciones concretas, y la ilustración estuvo ahí como respuesta.
A partir de 2014, cuando Google anunció Material Design, se hizo mucho más común ver ilustraciones en muchas webs y aplicaciones que utilizamos a diario y eso ha supuesto que las marcas hayan tenido que trabajar mucho más que antes en sus imágenes corporativas.
Como las empresas de tecnología se han establecido como la referencia para los demás sectores, todo esto ha ido llegado a ellos poco a poco.
¿Qué significa la animación para un ilustrador? ¿Qué aporta a tu estilo y proceso de trabajo?
Para mí, la animación ha supuesto otra de esas etapas de las que hablaba al principio, un paso más allá que ha traído nuevas dimensiones a mi trabajo. Cuando hago ilustraciones “estáticas” tengo que codificar todo el mensaje en un único espacio. Es decir, si quiero lograr una sorpresa en el espectador, tengo que hacerlo a través del contenido, la composición, los colores y la forma en la que se lee la imagen. Eso implica que todo está ahí desde el principio y mi labor es generar esa jerarquía y orden de lectura óptimo. En cambio, en animación ese límite estático desaparece y la línea temporal me permite hacer cosas que en una ilustración estática son imposibles. Por ejemplo añadir un elemento en un determinado momento, o hacer creer que un objeto es una cosa pero en realidad es otra. Por otra parte, la animación ayuda mucho a construir irrealidades. Las hace más humanas y más creíbles, y me permite jugar mucho más con la física. Además, puedo utilizar sonido y música añadiendo más profundidad a la historia y a las acciones.
En definitiva, la animación me permite ser mucho más libre y creativo y llegar a puntos que con ilustraciones estáticas no puedo.
¿Cómo te relacionas con la crítica y el reconocimiento del público?
Es una parte que viene con la profesión de ilustrador. Tiene un carácter solitario en la fase de producir obra y trabajar en encargos, pero también un carácter público en el momento que la obra sale a la luz. Además, con internet todo se ha vuelto más inmediato y el feedback del público llega de forma instantánea. Creo que es fácil caer en darle demasiada importancia a la respuesta del público, especialmente en redes sociales. Por mi parte intento que ese reconocimiento no me afecte (tanto el positivo, como el negativo) y seguir trabajando en los proyectos en los que creo. Quiero ser yo el que decida hacia donde va mi trabajo y mi carrera.
¿Hay algún tipo de trabajo que no aceptarías?
Solo acepto encargos que se ajustan a mi manera de trabajar y de entender la ilustración. La parte de buscar una idea es la más interesante y con la que más disfruto, creo que es el pilar fundamental de mi trabajo. No acepto encargos que anulen esa parte conceptual. Por ejemplo, aquellos que me dan guiones preestablecidos o en los que me piden dibujar una escena concreta con mi estilo. También rechazo muchos encargos que van en contra de mis principios o en los que no estoy de acuerdo con las condiciones.

Hemos visto que en tu blog compartes algunos consejos y trucos, compartir conocimiento ¿Por qué? ¿Para quién?
Soy autodidacta y he aprendido casi todo lo que sé aplicando el conocimiento que otras personas han compartido a través de Internet, libros u otras vías.
Empecé a escribir en el blog en 2015 y desde entonces, comparto mis procesos de trabajo, mis experiencias como ilustrador y como nómada, reflexiones, mis últimos trabajos, pero también ciertos sistemas de organización y herramientas que utilizo en mi día a día.
Empecé el blog también para enseñar lo que hay detrás de un ilustrador y que casi nunca se ve. Solemos trabajar en solitario y la mayoría de veces solo enseñamos el resultado final. Con el blog, puedo mostrar lo que no se ve, y que, a veces, es más interesante que el resultado en sí. El blog, me permite seguir aprendiendo ya que escribir me ayuda a organizar mis ideas. Además, muchos lectores me envían sus flujos de trabajo como respuesta a algunos de los artículos que escribo, lo que hace mejorar los míos.
Háblanos de tu vida de nómada. ¿Influye en tus opciones de trabajo? ¿Te enriquece como profesional? ¿No echas de menos un anclaje en tierra firme?
A finales de 2014, sentía que mi vida personal estaba estancada y necesitaba crecer. Me atraía mucho la idea de empezar de nuevo en un lugar que me obligar a salir de la zona de confort. Así que dejé todo lo que tenía en Barcelona y me fui a Bristol. Yo nunca había estado en Inglaterra y no conocía a nadie allí, y precisamente era esa experiencia de empezar en un sitio nuevo la que buscaba. El reto de llegar y buscar un lugar donde vivir, hacer nuevos amigos, conocer la ciudad y empezar de cero es impagable. A partir de ahí le cogí el gusto a salir fuera de la zona de confort y empecé a viajar de forma regular y constante. En ese proceso me di cuenta que para vivir necesitaba mucho menos de lo que pensaba y desde entonces he estado viajando con una mochila y sin una residencia fija. Esta aventura nómada me ha llevado por más de 20 países en los que he podido conocer otras culturas y otras formas de vida, pero también a viajeros, que me han hecho replantearme muchas cosas de mi propia vida.
Por ejemplo, ahora utilizo un iPad como cuaderno de bocetos, por lo que ya no tengo que cargar con varias libretas cuando se van llenando. En general, los procesos se han simplificado y optimizado para poder moverme con más libertad y trabajar de una forma más efectiva. Estoy seguro de que algún día, cuando me establezca en algún lugar, los procesos de trabajo seguirán mutando para adaptarse a las nuevas realidades.
Respecto al terreno laboral, ser nómada no es problema alguno. De hecho el mercado es global y es muy común trabajar con equipos distribuidos por todo el mundo. Ahora mismo estoy en Albania, trabajo con colaboradores que están respectivamente en España y Finlandia, y tengo un encargo de una agencia americana que tiene un cliente Australiano.