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ADG-FAD
Oficina de diseño, producción y aprendizaje

Los protagonistas del segundo ADGTalk proclaman su visión del diseño: «No es un trabajo, es una forma de vida»

Un camión trasladando maquinaria de imprenta. Peso, grasa, tinta y hierro en la época de lo intagible. Es una plástica metáfora para explicar la filosofía de Oficina de Disseny: «diseñar es una práctica que no entendemos sin los procesos de producción». Nos atrae esa dimensión física y material tanto como la noción de taller donde pensar, compartir y hacer crecer proyectos de impresión. Todo eso es el estudio-fábrica fundado hace unos años por Ariadna Serrahima, Diego Bustamante y Katharina Hetzeneder, que tiene en la imprenta L’Automàtica –recuperada y re-impulsada en 2015– un brazo operativo fundamental: aquí crean productos gráficos, prueban, reflexionan, divulgan y aprenden las prácticas de las artes gráficas.

El compromiso con el oficio y los procesos colaborativos, con la formación y la cultura es una constante en la trayectoria de Oficina de Disseny. En el ADGTalk de febrero, sus integrantes nos mostraron cómo sus actividades dibujan una forma de entender la economía del diseño. «Lo que nos interesa es poder crear un lugar donde detener el tiempo, donde pensar y profundizar, en definitiva donde parar momentáneamente un engranaje marcado por la velocidad constante». Ante la sensación de huida hacia adelante que a menudo determina la práctica profesional, Oficina propugna una mayor atención hacia el aprendizaje y el conocimiento.

Artefactos editoriales, investigaciones visuales de fuerte carga documental, archivos, fanzines, charlas, debates y, claro está, piezas dentro del cánon convencional de un estudio: identidad, comunicación grafica y web, diseño expositivo… Desde la perspectiva formal, en el trabajo de Oficina de Disseny hallamos una marcada orientación a la simplicidad, a la parquedad de recursos, a la pureza del texto en negro sobre fondo blanco. A las masas compactas, a la letra clara. La confianza en el lenguaje aparece como una constante que conecta muy bien con el principal segmento de clientes del estudio: el mundo del arte contemporáneo.

El equipo de Oficina ha desarrollado proyectos para (y con) artistas, centros de arte, galerías, plataformas culturales. Ariadna y Diego cuentan un caso ilustrativo, pues abarca toda la secuencia de valor: exploran la fotografía de música y músicos, componen un extenso archivo, editan el contenido visual, desarrollan un proyecto editorial, en L’Automàtica imprimen el resultado –una colección de opúsculos–, presentan la serie, la publican, la divulgan. Es un ejemplo de proceso abierto, flexible, que incorpora aportaciones generadas en su propio desarrollo. Un camino de aprendizaje que promueve prácticas críticas y culturales. En otras ocasiones, el ingrediente experiencial es mucho más patente. A través de cursos, talleres y prácticas que organizan en L’Automàtica y fuera, se recrean nuevas oportunidades de conocimiento, crecimiento y red. De alguna manera, así vivimos el ADGTalk: un espacio para aprender, una motivación a hacer.

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